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Pasos del tratamiento térmico para bobinas de aluminio.

El tratamiento térmico de bobinas de aluminio se refiere al procesamiento térmico planificado de bobinas de aluminio a través de una serie de pasos de proceso controlados por temperatura y tiempo, como calentamiento, aislamiento y enfriamiento. El proceso de tratamiento térmico de las bobinas de aluminio se divide aproximadamente en tres partes: recocido, tratamiento en solución y tratamiento de envejecimiento. Estos pasos del tratamiento térmico tendrán un impacto en la estructura cristalina, la dureza, la resistencia, la conductividad y la resistencia a la corrosión de las bobinas de aluminio.
El recocido es el primer paso en el tratamiento térmico y está diseñado para eliminar la tensión y los defectos del cristal que pueden ocurrir durante el trabajo en frío de las bobinas de aluminio. Después de mantenerse a alta temperatura durante un período de tiempo, la estructura cristalina de la bobina de aluminio cambiará, los granos se redistribuirán y se eliminarán algunas dislocaciones. Esto puede hacer que la bobina de aluminio sea más uniforme, la estructura de la red sea más regular y mejorar la conductividad y plasticidad general de la bobina de aluminio.
A esto le sigue un tratamiento con solución sólida. El propósito de este paso es disolver los elementos de aleación en la matriz de aluminio a altas temperaturas para formar una solución uniforme. Este proceso ayuda a aumentar la dureza y resistencia de la bobina de aluminio. En el tratamiento con solución sólida, la solubilidad de los elementos de aleación aumenta con el aumento de la temperatura, de modo que los elementos de aleación en la solución sólida alcanzan la concentración máxima. Después de mantener una cierta temperatura durante un cierto período de tiempo, se forma un efecto de fortalecimiento mediante un enfriamiento rápido, lo que mejora aún más la dureza y resistencia de la bobina de aluminio.
El tratamiento de envejecimiento se refiere a mantener los elementos de aleación en la solución sólida formada durante un período de tiempo a una temperatura relativamente baja para volver a precipitar y formar precipitados finos. Estos precipitados pueden impedir eficazmente el deslizamiento de cristales y mejorar la resistencia y la resistencia a la corrosión de las bobinas de aluminio.

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